viernes, 20 de febrero de 2009

La Modestia, Rafael Spregelburd

La Modestia, de Rafael Spregelburd, se reestrenó en Babilonia

Por Ileana Vera Levy
Heptalogía de Hieronymus Bosch/ 3.La modestia de Rafael Spregelburd.
Actuaciones: Mirta Busnelli, Héctor Díaz, Andrea Garrote, Alberto Suárez.
Dirección: Rafael Spregelburd.
Sábados 21hs. y Domingos 20:30 hs.
Babilonia Guardia Vieja 3360

Rafael Spregelburd, con 29 años, es uno de los teatristas más prolíficos e interesantes de la década. No solo se destaca como autor, sino también como director, actor, traductor y docente tanto de dramaturgía como de actuación.
Después de una exitosa temporada de La Modestia en el Teatro Municipal General San Martín, vuelve a subir a escena pero esta vez en Babilonia (Guardia Vieja 3360).
Si bien gran parte de su producción ha sido en escenarios independientes, sus obras han tenido gran eco internacional participando en numerosos festivales. Compañías tanto del interior como del exterior han representado algunas de sus obras y lo han traducido al italiano, portugués, alemán, francés y neérlandes.
La Modestia (1998) es la tercer entrega de la Heptalogía de Hieronymus Bosch compuesta por La Inapetencia (1996) y La Extravagancia (1997), que se completará con La Frivolidad, La Crueldad, La Exageración y La Estupidez ( aún en proceso de elaboración).
La idea de la Heptalogía nace en la plástica a partir del análisis de la pintura del Bosco: Los siete pecados capitales. Cada una de las obras corresponde a un pecado, pero las siete obras son independientes y tienen un proceso creativo y rasgos estilísticos individuales.
Cada uno de los pecados muta de nombre. En el caso La Modestia, el pecado es la soberbia. Armada con 18 escenas. Nueve pertenecen a una historia y nueve a otra. Entre las dos historias no existe nada en común. La primera ocurre en un Trieste de principio de siglo, ligeramente basada en la anécdota de la muerte de Modigliani (1884-1920) con una fuerte influencia en la dramaturgia de Chejov. La segunda, una historia contemporánea, se desarrolla en un departamento en Buenos Aires. El espectador verá las dos historias de forma alternada. Este procedimiento, obliga a asociaciones y multiplicaciones de sentido a la manera de un zapping.
Como dice nuestro vecino, con sus propias palabras: “ A mi me gustaría que el espectador se preguntara Porqué?. Porque poner dos objetos que estaban desvinculados? Porqué la decisión de vincularlos multiplica tanto los sentidos?
Uno cuando ve televisión y hace zapping comprende las dos cosas que ve. Pero si ve teatro se pregunta porque. No teniendo el control remoto en la mano uno se pregunta porque. Yo creo que a esta altura, el mundo es percibido a la manera de la televisión más que a la manera del teatro. Mi concepción del mundo es fragmentaria, las personas ya somos fragmentarias, somos un cumulo de cosas diferentes. No busco la continuidad.”
Más allá de la historia, o mejor dicho, de las dos historias que componen este espectáculo, lo que prevalece es la forma en que Spregelburd reflexiona acerca del lenguaje y su particular mirada de la realidad. Mostrándonos de forma singular el vacío contemporáneo y el universo que se teje detrás de las palabras.
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